Nos vemos más allá de los sueños Robin


Más que hacer un informe sobre su carrera, queremos dedicarle una palabras a un artista que siempre nos dejó con una sonrisa en el rostro.

Desde 1977, Robin Williams nos ofreció momentos de alegría y regocijo llevándonos a mundos fuera de la imaginación y la realidad. Nos trajo a la vida a varios de personajes que ahora están impregnados en nuestra memoria y sólo podrán concebirse con su rostro; nos hizo llorar, sentir el dolor de cada uno de ellos, quererlos y adoptarlos como nuestros favoritos, poniendo en claro que más allá de la actuación, amó a todas y cada uno de las historias que los envolvía, haciéndolas su realidad.

Cómo olvidar a ese Popeye de brazos enormes en busca de la justicia y el amor de Olivia, a Peter Pan, que no quiso olvidar que era un niño, peleando contra Hook y sus piratas, aquél genio de Aladdín  que gozaba de cantar ayudando al joven ladrón a conseguir el amor, o mejor aún, siendo el papá que todo niño desea tener. El padre que hace todo lo posible por estar con su familia, así tenga que vestirse de mujer.


Robin nos llevó a lugares fantásticos, como un juego de mesa que nos transportó de una jungla de asfalto a otra increiblemente terrorífica,. También a donde los robots sueñan con inventar, ser una persona y no sólo una máquina.

Personificó a un niño en el cuerpo de un adulto que nos demostró que la vida es increíble a pesar de las adversidades e inventó una masa verde que baila para nosotros además de exponer al mundo la única verdad: la risa es la mejor medicina.

Claro que nos divirtió, pero de igual manera nos hizo reflexionar, sobre la muerte y lo sueños, cómo es el cielo, sobre la política y la historia, y hasta un poco de matemáticas, de la familia y el matrimonio. Todo, siempre con una enorme sonrisa que será extrañada por el resto de la vida del mundo mismo.

Nacido en Chicago, Illinois, antes de descubrir su verdadera vocación como actor, estudio política en California, Estados Unidos, donde se despertó su interés por el teatro y se fue a estudiar en la prestigiosa escuela de Julliard en Nueva York. Tras completar sus estudios y trabajar en un par de obras, en 1976 obtuvo la oportunidad de trabajar en televisión donde incursiono en la serie Mork & Mindy, interpretando a un extraterrestre con tal éxito que su carrera despegaría inmediatamente.

Realizó un gran número de películas y logró interpretar a cualquier personaje que el guion le proporcionara, pero, teniendo un talento nato para la comedia, lo explotó al máximo.

Fue nominado al codiciado Oscar en cuatro ocasiones, ganando sólo una estatuilla por “Mejor actor de reparto” en la cinta “En busca del destino”, además de cinco Globos de Oro, incluyendo el Premio Cecil B. DeMille en honor a su trayectoria cinematográfica.


Un dato curioso sobre él, es que era un fanático de la saga The Legend of Zelda y confesó que decidió llamar a su hija Zelda Rae debido a su fascinación por estos juegos.

Te has ido y solo podremos verte de nuevo dos ocasiones más en la gran pantalla,  en “Una Noche en el Museo 3” y “Absolutely Anything”, pero tu legado durará por generaciones.

Hasta pronto Robin Williams, en el cielo también necesitan risas que te alivien esa depresión que te arrastró a la marcha eterna. 


Fuente: TierraGamer

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